Laura García

Esta soy yo. Una apasionada de los perros desde muy pequeñita, enganchada desde que tengo uso de razón a revistas y libros sobre ellos, luego cuidadora y peluquera canina, después competidora de agility… poco a poco fui formándome y convirtiendo mi pasión en mi trabajo.  

Educar perros no es sólo un trabajo, es una forma de entender la vida, a los animales y a las personas.   

Y es que educar perros requiere tener una sensibilidad especial con ellos, pero también ser capaz de analizar sus comportamientos en base a su carácter y las características propias de su raza, a su entorno, a sus rutinas y a las costumbres de las personas con las que convive, para llegar a descubrir el origen de sus problemas. Eso sólo se consigue con la formación adecuada, y con la experiencia.  

No trabajo con castigo físico. Educar a un perro no es someterle. 

Educar a un perro con castigo puede ser peligroso a la larga, porque fabricamos a un animal con miedos que pueden manifestarse en comportamientos agresivos o reactivos con el tiempo.

Hacerlo bien implica convertir los buenos comportamientos en lo normal y lo cotidiano para él, y eso nos ayudará a corregir o eliminar los malos. Las soluciones serán diferentes según cada perro, las personas que le cuidan, el espacio en el que viva, sus rutinas, etc., por lo que, antes de trabajar con vosotros, necesitaré hacer un estudio previo de todo eso. Estas soluciones siempre requerirán esfuerzo y tiempo, pero no sólo por mi parte, serán aún más importantes tu esfuerzo y tu tiempo, a veces poco y otras veces bastante, así que, si no estás dispuesto/a a dedicar tiempo y trabajo a tu perro, a aprender a comprenderle y a crear un buen vínculo y comunicación con él, no malgastes tu dinero contratándome.

Por desgracia no hago milagros, pero si consigo resultados.